lunes, 24 de noviembre de 2008

Black Angel


“Aquí estamos para vivir, no para morir, se muere en la muerte, no en la vida, 
en cierto aspecto no tiene derecho a entregarse. (Julia De Burgos)”

Que le han hecho a mi ángel, le han roto sus alas,
 le han enfermado su vida, 
sus labios se agrietan, sus ojos se secan, 
y sus sueños se oxidan.
Su cuerpo se contrae, sus costillas se esfuerzan
 para sobrevivir a la presión, 
dos lágrimas rojas brotan vagabundas, 
una hija de su mirada perdida
Y otra desesperada busca salida en la línea vertical de su antebrazo
Creada por mineral solidificado, 
coaguladas, muertas eternamente 
en espera del agua libertadora de traición y soledad. 
Tirada en el suelo yace aquella última lágrima, 
sola, con polvo de su pasado, 
vidrios de su presente y su futuro tan ausente como el brillo en sus ojos.
Sentada en el sub-suelo, se encuentra mi ángel, 
desconfiando de la desconfianza.
Su sombra se estrecha, sus dientes chamuscan su plumaje negro 
y una liturgia de recu
erdos acompañan ese ALEYUYA…
que como murmullo sordo despiertan sus elementos 
que descansan en aquellas ganas de su tobillo. 
Golpeados por el filo de la metamorfosis de ángel a Ángel. 
Moribunda y estéril de felicidad se aguanta sus alas, 
las repone con sangre salada, 
esperando algún día volver a volar.
Mientras se restriega los ojos en aquel rincón 
rodeada de fermentación de caña 
y cubierta por capas agrietadas. 
En su interior aletea la niña, 
esperando romper el cascaron, 
buscando su amanecer en el alma, 
ya que su cuerpo el tiempo no lo ha perdonado...
como ocaso se desaparece mi ángel…
...Black Angel…

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