martes, 17 de julio de 2007

Exaltación del perseguido

Ha vuelto a ocurrir,
de alguna manera estuve buscándolo.
Como si el destino con mano macabra
estuviese dos pasos delante de mí, trazando mis pautas.

Ha vuelto a ocurrir
sin saber,
casi sin querer.
Sin pensar que aquellos que no reconocen
sus pasos en falso
están irremediablemente condenados
a volver sobre ellos.

Sin darme cuenta me he vuelto a atascar.
A tratar de volar antes de caminar,
a existir y querer existir primero que nadie,
a dar muestras de mi existencia a viva voz.

Ya importa poco mi queja.
A nadie le interesa escuchar.
Ya mi grito perdió intensidad
o fuerza
o importancia.
Miran a través de mí
cual ente invisible que nunca existió.
Evitan cruzar mi mirada con las suyas
cual si mirasen a un cadáver

Decidme pues, ¿quién os manda?
¿Quién os da derecho a decidir
qué clase de ideas en la vida
carecen del sentido de lo correcto?

¿Quién os ha convertido en juez y parte
del tribunal de mi vida?
¿Qué jurado los eligió como mis verdugos?

Podrán arrancarme el último hálito de esperanza que me queda.
Podrán hacerme el resto de mi vida un infierno viviente.
lanzarme dardos emponzoñados, llenos de odio furtivo
¡hasta podrán intentar hacer que escape de mí mismo!
Mas nunca podrán cambiar quien soy...
no trocarán mi sinceridad
mi respeto
mi forma de apreciar
mi forma de querer
mi manera tan mía de observar el mundo
porque eso,
no lo cambia nadie.

Por: Alexéi Tellerías

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